En la factura eléctrica, comprender los diversos tipos de energía que consumimos puede ser un factor clave para evitar gastos excesivos o gestionar eficazmente nuestros costes energéticos. Dos términos fundamentales que suelen ser motivo de confusión son la energía activa y la reactiva. En este artículo, vamos a hablar de estas complejidades para proporcionar una comprensión clara y precisa.
¿Qué es la Energía Activa?
La energía activa constituye la esencia de la energía que utilizamos en nuestros hogares o negocios. Se expresa en kilovatios (kW) y representa la cantidad de energía eléctrica que realmente aprovechamos para alimentar nuestros dispositivos. En esencia, es la energía útil que mueve, calienta o enfría nuestros electrodomésticos y maquinaria.
Características Principales:
– Utilidad: Es la energía efectivamente utilizada para realizar trabajo.
– Medición: Se mide en vatios (W) y se registra en nuestra factura eléctrica.
– Transporte: Puede ser transportada tanto en corriente continua como en corriente alterna.
¿Qué es la Energía Reactiva?
Por otro lado, la energía reactiva es un tipo de energía que, a diferencia de la activa, no realiza trabajo útil. Surge como consecuencia del funcionamiento de ciertos dispositivos eléctricos que requieren campos magnéticos para operar, como motores y bobinas.
Características Principales:
– Utilidad: A diferencia de la energía activa, la reactiva no realiza trabajo útil, pero es necesaria para alimentar ciertos dispositivos.
– Medición: Se calcula mediante la fórmula Voltio*Amperio reactivo y se expresa en el mismo sentido que la energía activa.
– Transporte: Se transporta exclusivamente a través de circuitos de corriente alterna.
– Penalizaciones: Los excesos pueden generar penalizaciones en nuestra factura.
¿Qué diferencias hay entre la energía activa y reactiva?
Para una comprensión más profunda, veamos algunas diferencias notables entre estos dos tipos de energía:
- Utilidad: Mientras que la energía activa es la que hace funcionar los aparatos que necesitan moverse o calentarse, la energía reactiva no tiene un uso práctico directo. Se produce para satisfacer las necesidades de los campos magnéticos creados por bobinas o motores.
- Medición: La cantidad de energía activa se mide en vatios (W), mientras que la energía reactiva se calcula de manera diferente, pero al final se interpreta de la misma forma que los vatios.
- Transporte: La energía activa puede moverse tanto en corriente continua como en corriente alterna, pero la energía reactiva solo puede viajar a través de circuitos de corriente alterna.
- Penalizaciones: Es crucial tener en cuenta una diferencia significativa, la energía reactiva, especialmente la inductiva, no implica penalizaciones durante el período más económico (P6), y solo se aplica en contratos con potencias contratadas superiores a 15 kW o en instalaciones de alta tensión..
Ejemplo de Energía Activa y Reactiva:
Para clarificar las distinciones entre energía activa y reactiva, vamos a proporcionar una serie de ejemplos. El propósito es simplificar conceptos que pueden resultar confusos para aquellos que no están familiarizados con estos términos. Reconocemos que la terminología técnica puede ser complicada, por lo tanto, detallaremos las diferencias de manera clara y accesible.
En el caso del café, podríamos equiparar la parte de la espuma de la leche con la energía reactiva. La presencia de la espuma es común y característica en muchas preparaciones de café, como el capuchino o el latte. Sin embargo, la espuma en sí misma no aporta sabor ni valor nutricional significativo al café, ya que lo que se consume principalmente es el líquido del café. Por lo tanto, la energía activa correspondería al interior de la taza de café, donde se encuentra el líquido oscuro y aromático. Es en esta parte donde radica el verdadero sabor y contenido del café, y su cantidad puede variar según las preferencias del consumidor.
Tipos de Energía Reactiva: Inductiva y Capacitiva
Es importante distinguir entre dos tipos de energía reactiva: inductiva y capacitiva. Ambas pueden generar penalizaciones si no se manejan adecuadamente.
Energía Reactiva Capacitiva:
Este tipo de energía reactiva ocurre cuando tenemos un exceso de reactiva en comparación con lo necesario. Suele ser el resultado de una instalación sobredimensionada.
Energía Reactiva Inductiva:
Por el contrario, la energía reactiva inductiva se produce cuando hay un déficit de reactiva debido a la activación de motores y bobinas sin la compensación adecuada.
¿Cuándo se penaliza la energía reactiva y activa?
Tanto los excesos de energía activa como reactiva pueden resultar en penalizaciones económicas. Veamos cómo se calculan:
– Energía Activa: Las penalizaciones se aplican cuando superamos el límite establecido en nuestro contrato de suministro eléctrico. Estas penalizaciones se calculan en función de la cantidad de energía excedida y las tarifas vigentes.
– Energía Reactiva: Las penalizaciones por exceso de energía reactiva se aplican de acuerdo con las normativas y tarifas establecidas por los proveedores de energía. Se calculan en función de la cantidad de reactiva excedida y pueden variar según el tipo de instalación y contrato.
Entender la diferencia entre energía activa y reactiva es crucial para administrar nuestros consumos energéticos de manera eficiente y evitar gastos excesivos. Mientras que la energía activa impulsa nuestras actividades diarias, la energía reactiva, aunque no contribuye directamente a nuestro trabajo, es vital para el funcionamiento de ciertos equipos.
Con una gestión adecuada y la comprensión de las implicaciones de ambos tipos de energía, podemos optimizar nuestros consumos y reducir costos innecesarios en nuestras facturas eléctricas.
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